A la hora de planificar nuestro futuro equipo comúnmente podemos optar por dos caminos: armarlo de adelante hacia atrás, o de atrás hacia delante. Quizás los dos sean caminos errados y el equipo deba armarse del mediocampo hacia los extremos, pero si solo nos atenemos a esta planteada dicotomía la mejor elección, sin dudas, es la segunda.
Un equipo con mucho ataque y nada de lo otro ganara muchísimos menos partidos que un equipo con mucha defensa y nada de lo otro, si bien ni uno ni otro alcanzaran el éxito rotundo este tendrá muchísimas mas alegrías que aquel, o al menos muchas menos tristezas.
Decididos a armar el equipo desde atrás hacia delante, el primer asunto que debemos resolver es quien sera el arquero.
La elección del arquero depende de muchos factores, y aunque parezca una posición bastante simple de decidir con respecto a otras (puesto que aquí no cuentan las especialidades exceptuando los imprevisibles -con pases- ni las secundarias , exceptuando defensa y pelota parada) la relación precio/sueldo/rendimiento debe ser la relación mas complicada de todas las posiciones a llenar en el equipo, y entenderla bien puede darnos una ventaja importante en la cancha y en la economía con respecto a nuestros rivales.
El sueldo del arquero no se comporta como el sueldo de los jugadores con habilidades principales diferentes. El arquero cobra bastante mas que un jugador de campo en niveles de habilidad bajos, y muchísimo menos en los niveles superiores (es decir que por ejemplo un arquero Clase Mundial cobra mucho mas que un Medio Centro con Clase Mundial en jugadas, mientras que un arquero Divino cobra apenas la mitad que un Medio Centro del mismo nivel).
La lógica indica que tendríamos que aprovecharnos de esta ventaja y tener un arquero de nivel alto, mejorando el rendimiento del equipo sensiblemente sin pagar millonadas de contrato. Es mas fácil hacer la diferencia con un gran arquero que cobre 100 mil por semana que en el mediocampo donde deberíamos pagarle entre 200 y 300 mil a un jugador de selección que pueda distinguirse del resto de los Medio Centro mortales.
Claro está que a veces el presupuesto semanal (o quincenal, si se lleva un presupuesto ordenado) no permite mantener un jugador de nivel tan alto, digamos de Mítico hacia arriba en la escala de habilidad, y aprovechar “la oportunidad” sería sinónimo de estrangular la economía y el crecimiento del equipo en divisiones bajas o en un mal momento en divisiones intermedias.
En ese caso: ¿que conviene tener? ¿un arquero o un arquerito?
Si bien dentro del campo de juego un arquero intermedio, pongamos como ejemplo Clase Mundial, puede hacer una pequeña diferencia con respecto a un arquero de niveles bajos, a saber Bueno o Excelente, al llevar a cabo un análisis en conjunto, tomando no solo el rendimiento sino el sueldo y el precio de fichaje como elementos de comparación he llegado a la conclusión personal de que siempre es conveniente guardar el dinero (recordemos que un arquero Clase Mundial , dependiendo de la edad y las secundarias, puede costar tranquilamente lo mismo que un arquero Divino o similar) esperando poder estar en condiciones de pagarle el sueldo a un “gran arquero” antes que invertir el capital en un arquero común y corriente, que si bien incrementara un par de puntos cada defensa también se llevara una buena tajada de la torta (en algunos casos hasta un cuarto o un tercio de nuestro presupuesto semanal).
Mi respuesta a este interrogante es: el arquerito es la mejor opción, siempre teniendo como objetivo a largo plazo el arquero Mítico o superior. Si está en buena forma y condición, tiene un buen nivel de pelota parada y algo de experiencia quizás no notemos tanto la diferencia con respecto a un arquero Clase Mundial que casi con seguridad será de lo mas común y corriente (la lógica indica que la oferta de éstos es mucho menor y la demanda de los mejores exponentes muy alta).
El arquerito, además, siempre puede ser revendido y recomprado (usetradear esa posición del campo en este caso parece casi una obligación más que una oportunidad) pudiendo llegar a niveles de rentabilidad importantes al manejarse cifras inferiores al millón. En contrapartida el arquero después de ser comprado a unos cuantos millones supone casi imposible una rentabilidad a la hora de la venta (descontando fluctuaciones de mercado o mejorías por entrenamiento) por lo que cuando tomemos la decisión de pasar finalmente a un arquero “en serio” seguramente perdamos un poco de capital al convertir arquero a efectivo, con sus correspondientes porcentajes de comisión.
Un equipo con mucho ataque y nada de lo otro ganara muchísimos menos partidos que un equipo con mucha defensa y nada de lo otro, si bien ni uno ni otro alcanzaran el éxito rotundo este tendrá muchísimas mas alegrías que aquel, o al menos muchas menos tristezas.
Decididos a armar el equipo desde atrás hacia delante, el primer asunto que debemos resolver es quien sera el arquero.
La elección del arquero depende de muchos factores, y aunque parezca una posición bastante simple de decidir con respecto a otras (puesto que aquí no cuentan las especialidades exceptuando los imprevisibles -con pases- ni las secundarias , exceptuando defensa y pelota parada) la relación precio/sueldo/rendimiento debe ser la relación mas complicada de todas las posiciones a llenar en el equipo, y entenderla bien puede darnos una ventaja importante en la cancha y en la economía con respecto a nuestros rivales.
El sueldo del arquero no se comporta como el sueldo de los jugadores con habilidades principales diferentes. El arquero cobra bastante mas que un jugador de campo en niveles de habilidad bajos, y muchísimo menos en los niveles superiores (es decir que por ejemplo un arquero Clase Mundial cobra mucho mas que un Medio Centro con Clase Mundial en jugadas, mientras que un arquero Divino cobra apenas la mitad que un Medio Centro del mismo nivel).
La lógica indica que tendríamos que aprovecharnos de esta ventaja y tener un arquero de nivel alto, mejorando el rendimiento del equipo sensiblemente sin pagar millonadas de contrato. Es mas fácil hacer la diferencia con un gran arquero que cobre 100 mil por semana que en el mediocampo donde deberíamos pagarle entre 200 y 300 mil a un jugador de selección que pueda distinguirse del resto de los Medio Centro mortales.
Claro está que a veces el presupuesto semanal (o quincenal, si se lleva un presupuesto ordenado) no permite mantener un jugador de nivel tan alto, digamos de Mítico hacia arriba en la escala de habilidad, y aprovechar “la oportunidad” sería sinónimo de estrangular la economía y el crecimiento del equipo en divisiones bajas o en un mal momento en divisiones intermedias.
En ese caso: ¿que conviene tener? ¿un arquero o un arquerito?
Si bien dentro del campo de juego un arquero intermedio, pongamos como ejemplo Clase Mundial, puede hacer una pequeña diferencia con respecto a un arquero de niveles bajos, a saber Bueno o Excelente, al llevar a cabo un análisis en conjunto, tomando no solo el rendimiento sino el sueldo y el precio de fichaje como elementos de comparación he llegado a la conclusión personal de que siempre es conveniente guardar el dinero (recordemos que un arquero Clase Mundial , dependiendo de la edad y las secundarias, puede costar tranquilamente lo mismo que un arquero Divino o similar) esperando poder estar en condiciones de pagarle el sueldo a un “gran arquero” antes que invertir el capital en un arquero común y corriente, que si bien incrementara un par de puntos cada defensa también se llevara una buena tajada de la torta (en algunos casos hasta un cuarto o un tercio de nuestro presupuesto semanal).
Mi respuesta a este interrogante es: el arquerito es la mejor opción, siempre teniendo como objetivo a largo plazo el arquero Mítico o superior. Si está en buena forma y condición, tiene un buen nivel de pelota parada y algo de experiencia quizás no notemos tanto la diferencia con respecto a un arquero Clase Mundial que casi con seguridad será de lo mas común y corriente (la lógica indica que la oferta de éstos es mucho menor y la demanda de los mejores exponentes muy alta).
El arquerito, además, siempre puede ser revendido y recomprado (usetradear esa posición del campo en este caso parece casi una obligación más que una oportunidad) pudiendo llegar a niveles de rentabilidad importantes al manejarse cifras inferiores al millón. En contrapartida el arquero después de ser comprado a unos cuantos millones supone casi imposible una rentabilidad a la hora de la venta (descontando fluctuaciones de mercado o mejorías por entrenamiento) por lo que cuando tomemos la decisión de pasar finalmente a un arquero “en serio” seguramente perdamos un poco de capital al convertir arquero a efectivo, con sus correspondientes porcentajes de comisión.
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